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sábado, 22 de octubre de 2016

Comer mas Sano NO es Comer mas Caro



La clave de una buena alimentación reside en conjugar numerosos factores entre los que están la elección de alimentos saludables, que estos estén disponibles, que satisfagan nuestras necesidades psicosociales y culturales, y que su precio sea acorde a las posibilidades económicas del consumidor. Para cumplir con este último debemos crear hábitos de consumo racionales y no compulsivos.


  1. Tener una ALACENA COMPLETA CON PRODUCTOS NO PERECEDEROS: que nos faciliten la tarea diaria a la hora de cocinar. En la misma no deben faltar arroz, fideos de diferentes clases, azúcar, harina, especias variadas, polenta, galletas, yerba y/o te, aceite, latas de conserva de tomate, arvejas y choclo, y pescados enlatados (jurel, atún, caballa o sardinas).
  2. NO COMPRAR ALIMENTOS PREPARADOS: aún cuando ahorramos tiempo en la cocina ya que suelen tener un costo muy elevado en relación a los ingredientes que los componen. Por ejemplo, las salsas enlatadas en sus distintos sabores solamente nos sirven para una comida específica como pastas con “fileto”. Si en cambio compramos una lata de conserva de tomate o un puré de tomates en tetrabrik, las opciones son múltiples con agregar unos pocos ingredientes extra.
  3. COMER FUERA DE CASA: solo en ocasiones especiales,La comida es un acto social que nos permite aprovechar el momento para el encuentro y diálogo con otros. Compartir los alimentos con otros ha sido -a lo largo de la historia- una actividad humana con múltiples significados. Uno de ellos es el de dar y recibir afectos, sentirse valiosos para los demás y encontrar otra manera de comunicarse. Pero por qué no encontrarnos para tomar un café antes o después de una comida casera, o tomar un helado con amigos. Solo nos costará una fracción del precio de una cena completa fuera de casa y será igual de divertido.
  4. ORGANIZARSE AL MOMENTO DE COCINAR: y aprovechar la ocasión para preparar varios platos al mismo tiempo que nos facilitarán la tarea semanal. Por ejemplo preparar una mayor cantidad de salsa de tomates con verduras que podremos acompañar con alguna carne, fideos, pastas rellenas, arroz blanco, albóndigas o milanesas, entre otras. 
  5. EL FREEZER COMO ALIADO: nos permite congelar los restos de comida preparada logrando un ahorro nada despreciable y tener comida para salir de un apuro.
  6. "VOLVER A LAS RAICES":  si usted cuenta con un espacio de tierra en el patio de su casa puede comenzar su propia huerta que lo abastecerá de distintos productos durante todo el año. Si además cuenta con suficiente espacio y lo permiten las normas municipales de su zona, puede criar algunos animales; la mejor forma de comenzar es hacerlo con gallinas que el proporcionarán huevos regularmente.
  7. NO SIEMPRE LO MAS BARATO ES LO MAS ECONOMICO: como solían decir nuestras abuelas “lo barato sale caro” y esto es cierto cuando compramos mucha cantidad de un producto de baja calidad, que finalmente desecharemos. Lo más caro tampoco es lo mejor y por eso debemos planificar nuestras compras eligiendo aquello que nos gusta, conociendo nuevos productos seleccionándolos por su calidad, anteponiendo los más naturales a los elaborados, evitando los que estén especialmente publicitados (el costo de la publicidad repercute directamente en el valor del producto).
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Es mejor comprar un buen aceite de oliva y consumirlo en pequeñas cantidades que un aceite mediocre que resaltará menos el sabor de los alimentos y tendrá menos beneficios para la salud.

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